5/8/12

Un viaje a lomo de tren- Museo Junibacken-Estocolmo


Ilustración de la revista japonesa Kodomo no kuni- Marzo 1932 "En el coche comedor" de Kawakami Shiro 1889-1983.
Tomada de la página The Looking Glass : New Perspectives on Children's Literature

Una palabra es la que acarrea el resto. 
  Dije "secreto" y la anécdota se construye con vagones que apenas rascan los rieles, 
    Dije "prohibido" y el viaje tiene una máquina en donde el vapor no alcanza para quemar,
      Dije "Fruto" y el tren serpentea en forma de árbol y se escapa por las ventanas para dejar 
        a más de uno dormido con la conciencia llena de ropa. 


Un tren
En un post anterior hablo de la caminata como la forma de viaje en los museos, pero después de ir a Junibacken en Estocolmo, puedo decir que el tren también le queda bien...
Este museo está dedicado a la literatura infantil escandinava y tiene un tren que lo atraviesa de lado a lado.  


Andar en tren es de lo mejor, se tira del cordel y se para el tren
Hace rato que no disfruto tanto un viaje por un museo. Me olvidé que me dedico a esto y que me gusta leer a gente importante, me volvieron a crecer las trencitas tirantes y me senté con algo en el pecho que no dejaba lugar para estantes.

Nos hicieron sentar en familia en uno de los vagones. Quedamos los tres de frente a lo que sería la ventana. No había vidrio y sí una baranda como la de los carritos de la montaña rusa. En cuanto arrancamos empezó a escucharse una voz en un español "asuecado" que nos contaba distintas escenas de los cuentos de Astrid Lindgren mientras veíamos recreaciones de las escenas. 

Viajamos por campos con personajes del tamaño de un tenedor, por la ciudad iluminada en donde Karlsson volaba y por habitaciones con puertas que se abrían y se cerraban...Espiamos por la cueva de una rata, y por el azucarero en donde se escondía el enanito Nils... También hubo bosques, dragones, incendios, muertes y una niña jugando a ser bandera...

Leer a lomo de tren tuvo un sabor que hace rato no sentía...


Cuando leemos a tren, el tiempo va sobre rieles de aire
Noemí Villamuza, ilustración para el libro
Me gusta escrito por Javier Sobrino
Editorial Kókinos, 2002
En la propuesta de Junibacken las escenas son contadas por una voz que como una guía de turismo o una pasajera con un poco más de información nos acompaña en la sorpresa a la vez que cuenta a su manera los puntos centrales de las historias "¿Se dieron cuenta de que estamos volando? Debe de ser Estocolmo", "Pero, ¿qué ha pasado con nosotros?", "¡Ay, ay, pero que asco esto! ¡Aquí no podemos quedarnos!", "¡Oh, qué tormenta, y nosotros en el medio del bosque!"

Una voz de aire nos hace de lazarillo durante el viaje. Habla en presente y sentimos que está con nosotros en el mismo vagón viendo al mismo tiempo, entendiendo al mismo tiempo, recordando al mismo tiempo. Nos da la mano al ver cada nuevo paisaje mientras pasan las imágenes y las anécdotas. Vamos armando nuestra propia historia con los rastros de sus palabras y el relato se teje con la calidez del aliento y la liviandad del sonido. El tiempo se patina en los rieles y la vida se nos escurre...alzamos nuestras redes para pescar los retazos que queden y nos vamos a casa sin las palabras exactas.


Cuando leemos a tren, los paisajes son botones de colores que levantan un edificio de chocolate
Romeo muere al final, Santiago, el de García Márquez, al principio. En uno nos agarra una tristeza infinita después de ser felices mucho rato y creer que el reencuentro es cuestión de tiempo, en el otro ya entramos sabiendo y hay lugar para llenarnos los pulmones con los aires del Caribe.

En el viaje de Junibacken los distintos cuentos van apareciendo en forma sucesiva con un orden que organiza la navegación. Cada momento tiene su densidad individual, pero también una que toma significado en relación al conjunto...un enunciado viene de uno anterior y va hacia el que sigue armando un tejido en donde se puede encontrar un relato. Una historia que de alguna manera intenta trazar el estilo de la escritora, el perfil narrativo de Astrid Lindgren. 
El recorrido empieza con escenas graciosas de Miguel, el travieso, después sigue con los personajes maravillosos de Karlsson, el del tejado y El enanito Nils y más adelante con el tiempo antiguo de Ronja. Llama la atención  que el último cuento que se muestra sea Hermanos corazón de león, un relato en donde un hermano mayor muere y el otro lo sigue (luego de reencontrarse con él de una manera mágica) arrojándose al vacío...(1) 

¿Por qué ese final después de tantas risas y maravilla?  ¿Qué nos querrán contar de la autora?
Tal vez que todos sus personajes en el fondo tenían algo de trágico o quizás que para Astrid Lindgren la niñez no era tan dulce y sencilla...
Astrid Lindgren- Foto tomada de su página oficial

Cuando leemos a tren, nos dormimos en los brazos de la abuela 
El tren tiene un movimiento, una cadencia repetida, que hace que nuestro cuerpo vibre durante todo el viaje. Siempre que no sea muy brusco el movimiento, a los seres humanos nos gusta que nos hamaquen, que nos muevan. Los bebes saben de eso mejor que nosotros, hay algo en esa manera de moverse que les genera confianza o placer y se duermen de una manera suave, como en el arrorró saltan en las "oes" fuertes, vibran en las "erres" y descansan en las "emes"...

A este viaje mecido le quedaba bien escucharlo en lengua materna, el español, y daban ganas de tener una almohada para entrecerrar los ojos y dejar que el viaje siguiera con nosotros dormidos. Al arrullo del tren se sumaba un ambiente oscuro que solo tenía la luz que venía de cada escena. Como en un teatro de títeres o en el cuarto antes de dormir, había algo entre la vigilia y el sueño que hacía que no dieran ganas de que nos prendieran la luz para terminar el viaje. La voz de la infancia y los brazos del vagón nos cantaban al oido sin que pudiéramos saber a ciencia cierta si era de noche o de día.

Noemí Villamuza, ABCdario, escrito por Antonio Ventura, Nórdica 2010 (presentación en youtube)

Cuando leemos a tren, nos sentamos al lado de Julio Verne y tomamos el té con Calamity Jane
Hay un polvillo de otros tiempos cada vez que nos subimos a un tren,  algo que nos comunica con mundos ya pasados.

Así podemos sentir nostalgia y creer que Miguel, el travieso era un personaje de lo más simpático y olvidemos lo poco correcto que era para su época...

O asociar los libros con un tiempo particular, como el de María Elena Walsh con forma de siesta y horas para mirarse en el espejo de los personajes...

O unir nuestro ADN (2) con la de los miles de niños que se asustan desde hace años con la rata que vive en el cuento del enanito Nils...



El furgón
"Un tren es un túnel que avanza. 
Un tren es un dibujo que se pierde 
al final de la hoja." (Liliana Bodoc)

Los trenes son una idea económica, con una locomotora se pueden acarrear varios vagones. Así que acá agrego un furgón para que puedan seguir el viaje a otros destinos lejanos.
  • La idea de los botones de colores que arman una historia surgió a partir de una obra de Ulla Jokisalo ,una artista finlandesa. En el Museo Aboa Vetus vi  una instalación suya en donde una sucesión de grabados antiguos de diferentes cuentos infantiles estaban puestos en fila. Me gustó pensar en la historia que armaban organizados de esa manera. Si bien no pude encontrarlo en la web, les dejo un video de ella que encontré en youtube, ahí van a poder ver algo de su trabajo lleno de recortes, hilos, tijeras, ojos y más  Ir al video 
  • Saki tiene un cuento que ocurre arriba de un tren. Un hombre tiene que compartir el camarote con varios niños y decide tranquilizarlos contándoles la bonita historia de la niña más buena del mundo...Ir a El cuentista
  • En youtube encontré un par de promociones de Junibacken en donde se pueden ver también los espacios de juego, la librería y el comedor Video 1    Video 2
  • En la página oficial de Astrid Lindgren se pueden conocer detalles de la invención de algunos de sus personajes más conocidos y ver las ilustraciones originales. Está en sueco, pero si la abren en Google Chrome pueden usar el traductor. Ir a la página
  • No todos los libros están editados en español. Dos de las editoriales que publican a Astrid Lindgren en castellano son Editorial Juventud y Blackie books

Saludo de maquinista
Y acá me quedó por hoy pensando en cómo sería el recorrido por un museo si el viaje fuera en avión o en submarino...
Ilustración de Oliver Jeffers

(1)-Miguel el travieso; Nuevas aventuras de Miguel; Otra vez Miguel, etc. (Personaje llamado Emil en el original.)- Karlsson del tejado (Karlsson på taket)-Nils Karlsson, el enanito (Nils Karlsson-Pyssling flyttar in).- Ronja, la hija del bandolero (Ronja Rövardotter- Los hermanos Corazón de León (Bröderna Lejonhjärta)
(2) La idea de unir los ADN con los de otras épocas la tomé de un artículo de Leslie Bedford "Trabajar en el modo subjuntivo" en donde cuenta una experiencia en un Museo de inmigrantes en donde se apaga la luz a la entrada y la gente es invitada a apoyar su mano en la baranda para mezclar su ADN con la de todas las personas que vivieron ahí por años.

2 comentarios:

  1. Gracias por un nuevo viaje. Me encanta viajar y pasear con vos. Y ahora como hago para poder mirar todos esos libros, para llegar a ese tren.... Besos\
    Marina

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    1. De nada! Un placer!! Me hacés pensar en la ansiedad que me genera a veces el saber que hay tanto interesante para leer y que a una no le alcanza la vida...muchas veces me conformo por un rato leyendo en wikipedia resúmenes o buscando fotos en google, pero al final tengo que aceptar que me van a quedar muchos libros sin leer...
      Una vez alguien dijo que las cosas que deseamos y no logramos también forman parte de nosotros mismos, de nuestra identidad...tal vez solo con saborear títulos y soñar con tenerlos ya sean nuestros de alguna manera...
      ¿Leíste "Felicidad clandestina" de Clarice Lispector? Ahí va el link http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/por/lispec/felicida.htm

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