12/9/12

Entrevista a Daniela Pelegrinelli- De los cruces de palabras en el Museo del juguete de San Isidro

Una charla que empezó en Buenos Aires y siguió en Finlandia

Foto de Fernando Kobryniec
Daniela Pelegrinelli es la directora del Museo del Juguete de San Isidro y desde hace años investiga sobre los juegos, los juguetes y la infancia. La conocí hace unos años en una charla en el Museo de las Escuelas cuando vino para ayudarnos con un recorrido sobre los juegos del recreo. Fue una charla llena de detalles y mundos nuevos sobre juguetes que tantas veces habíamos tenido entre manos. También de frases como "llegado el caso, una Barbie puede hasta ser un juguete menos sexista que unos bloques con flores redondeadas color 'rosita''...que nos sacaron de lugares comunes y nos llenaron de nuevas preguntas.

El Museo del juguete de San Isidro se inauguró el año pasado y reúne objetos de coleccionistas y otros donados por particulares. Es muy atractiva la invitación a recorrer salas que tienen títulos abiertos..."Jugar con nada-Jugar con todo", "Construir-Destruir", "Universo-mi casa", "Trabajar-Descansar"... no se sabe del todo qué va a pasar, pero convocan sensaciones y territorios con los que da ganas ponerse en contacto. El museo tiene también un patio en donde se puede jugar con otros chicos y talleres. Además hay propuestas participativas en sala  de distinto tipo que incluyen "La mesa del tiempo", un dispositivo "lúdico-participativo"1 en el que conviven juegos antiguos con modos de jugar actuales.

Los invito a compartir esta charla  para que conozcan más de cerca a Daniela y al museo (vale cerrar los ojos unos segundos y pensar en un juguete imposible o el que nos ayudaría a hacer más amables las mañanas. También vale tratar de recordar la vidriera de la juguetería que oficiaba de exhibidor de nuestra infancia.)

1- diseñado por Patricio González Vivo


De los cruces de palabras en el Museo del juguete de San Isidro

"(...) frente a una colección, todos somos voyeurs. 
En ella los objetos han perdido valor funcional 
para revelarse como testimonios de un orden subjetivo 
que nos está permitido espiar.
Quizá sea ese afán por dar un orden al mundo lo que emparienta 
a los coleccionistas con los niños y los astrónomos." 
(Daniela Pelegrinelli- del catálogo de la muestra “El cielo puede esperar”")

Foto de la página del Museo del Juguete de San Isidro
Mercedes: Al presentar las salas aparecen fragmentos de  Alicia y de textos de Silvina Ocampo, María Elena Walsh, pareciera que la Literatura y el juego tienen mucho en común…  ¿De qué manera la literatura es parte de la museografía del museo del juguete? 

Daniela: Esas citas, si bien son literarias expresan contenidos extra literarios, es decir han sido elegidas por su capacidad de expresar ideas que refieren a los contenidos de las salas. Los textos literarios tienen la capacidad de condensar sentidos en breves espacios, o de hacerte llegar a una idea por un camino que no apela directamente al pensamiento racional, sino que acorta ese camino provocando una imagen, una sensación, una asociación, haciendo reír, etc. Si el interés en el museo es que cada visitante tenga algún tipo de experiencia en relación al contenido del museo, es posible, o al menos es una apuesta que se hace, que algunos se sientan más interpelados por los textos más informativos, o explicativos, y otros por estos epígrafes breves que iluminan cada sala con su poética o su absurdo. Por otro lado, hay evidentemente una relación entre juego y lenguaje, pienso en artistas de poesía concreta, en juegos  de lenguaje como el nonsense, la jitanjáfora, las adivinanzas y los trabalenguas, las canciones con mímicas, los juegos de palmas cantados, las canciones destinadas a los bebés, etc. y por supuesto en Wittgenstein, De todos modos un análisis de esa relación cabe más a los especialistas en literatura, lingüistas o filósofos . Desde lo museológico, la literatura es una puerta de entrada diferente a una idea que se quiere transmitir, un modo de transmitir.
"Los juguetes del campo" de Isol
M:Cuando era chica alguien nos regaló “El juego de la vida” y me acuerdo que mi papá siempre quería perder porque el castigo era terminar los días en una casita en el medio del campo filosofando. Siempre me impactó que no quisiera ganar... rompía con lo que el tablero proponía, el premio mayor era  convertirse en millonario.  ¿Qué historias hay detrás de los clásicos juegos de mesa como “El juego de la oca”, “El estanciero”, “El TEG”…?
Chicos en la Mesa del Tiempo

D:Hay un libro ya un poco pasado de moda pero que sigue siendo revelador por su enfoque, Ensayos de etnotecnología, que podría dar muchas claves para responder esta pregunta. Allí, por ejemplo, hay un capítulo destinado a analizar un juego supuestamente ecológico (el libro es de los años setenta), y a medida que transcurre el análisis se va develando la falsedad de la propuesta explícita del juego, podríamos decir que lo que se revela por el análisis es su frivolidad, el modo superficial  en que ha tomado un tema serio. A veces una idea simplista de marketing lleva a fabricantes o diseñadores a enunciar unas cualidades que un juego no tiene, como un modo de sumarse a una tendencia o tema de moda, o de pretender ser más educativos de lo que son. Otras veces ni los fabricantes ni los jugadores toman conciencia real de los significados que se ponen en juego –vaya la redundancia- en el juego. De todos modos los tres que mencionás no son equivalentes. "La Oca" es un juego tradicional de varios siglos, que obviamente habla de la vida, de los obstáculos que hay que atravesar, mientras que "El Estanciero" y el "TEG" son bien del siglo XX. "El Estanciero", por ejemplo, se fabricó en Argentina durante muchas décadas y llama la atención pensar que muchas generaciones han jugado a comprar y vender campos. Aun cuando la Argentina ya no se definía por sus latifundios ni por ser el granero del mundo, "El Estanciero" seguía siendo uno de los juegos favoritos de chicos y chicas que estaban en su gran mayoría bastante lejos de la posibilidad de comprar campos e incluso de la dinámica misma de la economía agropecuaria.



La Mesa del Tiempo de Patricio González Vivo- Museo del juguete de San Isidro
M: Hay una actividad en el museo sobre el cine y los juguetes. ¿Cuál es la relación entre los juegos, los juguetes y las historias planteadas por las películas?




D: Creo que en primer lugar hay una película que ya es un clásico que habla sobre eso: Toy Story. Desde una perspectiva histórica suele narrarse cómo el cine tiene sus antecedentes en una serie de juguetes ópticos surgidos a lo largo del siglo XX (taumatropos, fenisticopios, zootropos, linternas mágicas, etc.). Esa relación se continúa en la producción de máquinas de cine domésticas, proyectores de todo tipo, entre los cuales está el "Cinegraf", que muchos tuvieron y muchos más recuerdan. También se podría pensar en los juguetes que pasaron por el cine. Creo que uno de los más célebres es Winnie The Pooh. Como muchos saben, Winnie es un oso que existió de verdad. Era el oso favorito de Christopher Robin, único hijo del escritor Alan Milne, que vio la estrecha relación que tenía el niño con su osito y con otros juguetes y los transformó en personajes de literatura a mediados de los años veinte. Escribió, entonces, muchas aventuras que fueron ilustradas por Ernest Shepard. De esta manera Christopher y todos sus animalitos de paño -Pooh, Eeyore, Piglet, Kanga, Roo, Tiger, Jagular, Heffalumps, Woozles- formaron parte de la vida de otros niños y los libros se convirtieron en clásicos de la literatura británica. Disney tomó los escritos de Milne y los llevó al cine en 1966. Y a partir del Winnie de Disney, que además fue cambiando en las sucesivas películas, se volvieron a  hacer juguetes de Winnie. Hay que saber además que Christopher también fue un niño de paño fabricado por la firma italiana Lenci en los años treinta y que había llamado Winnie a su oso de cibelina en honor a una osa de verdad que estaba en el zoológico de Londres. Creo que esta historia basta para ilustrar la relación entre juguetes y cine. Actualmente todos los filmes destinados al público infantil son pensados en relación a los juguetes relacionados con ellos que se van a producir, tal como ha venido estudiando Gilles Brougere .


M: También hay un taller de nanas ¿Cómo es? Me hizo acordar a un texto de Margaret Meek que habla sobre lo primario que son  los juegos con las palabras y cómo esto influye en su futuro literario… “(…) [los niños] recitan, bromean, amenazan, ruegan, cuentan y evocan el poder de las palabras, ya sea como arma contra la oscuridad o como para formular impulsos prohibidos, los niños emplean muchos recursos que luego encontrarán en formas literarias reconocidas."  (Margaret Meek, 2001)2 


El taller de nanas fue pensado como un modo de dar respuesta lúdica a una franja de visitantes –los niños y niñas de menos de tres años- que no tienen un espacio en los talleres, más bien destinados a chicos y chicas más grandes. Entre otras propuestas –como autos de madera de acarrear y caballitos de balancín, el taller busca hacerles un espacio específico a estos visitantes. ¡No estamos pensando en futuros escritores! Más bien en adultos y niños pequeños conectándose a través del canto y los juegos con el cuerpo y el ritmo.

M:Juguetes heredados, juguetes rodados, juguetes pasados ¿Qué juguetes se suelen guardar? 

D: No sé, ¡habría que hacer una investigación! Hay juguetes que se guardan voluntariamente y hay otros que simplemente van quedando.
Ilustración de Jutta Bauer
M:¿Qué pasa con los adultos y la nostalgia en el museo?

D: Es una constante, los mensajes del libro de visitas lo dicen reiterativamente. A los adultos ver los juguetes que se relacionan con la infancia los impacta y emociona.  Los juguetes van derecho a lo emocional, es como si por un instante el pasado pudiera ser percibido de una manera vívida. Por eso la gente habla de “viaje”, “vuelta”, “traer de vuelta”, “volver a vivir”, “recordar”, “volver a la infancia”. Imagino que son recuerdos y rememoraciones bastante idealizadas de las infancias pero no por eso la experiencia es menos valiosa para esas personas. Desde una perspectiva museológica la nostalgia no me resulta tan interesante, porque creo que obtura la posibilidad de pensar críticamente la propia infancia y por ende la infancia actual. Pero a veces para algunas personas es la única experiencia posible en el museo, por lo tanto es válida. 


M: El patio del museo es un lugar de presentes donde se puede jugar con y en la naturaleza y usar  juguetes del museo en compañía de otros chicos ¿Cómo está resultando  la experiencia en este primer tiempo? 

D: El patio del Museo es uno de sus espacios más ricos. Allí los educadores  hacen juegos tradicionales, dan a los visitantes la posibilidad de proponer juegos que ellos conocen, se generan juegos grupales de adultos y niños, y sobre todo, hay bastante autonomía para recorrerlo y usarlo. El hecho de que no tenga dispositivos de juego preestablecidos es bastante positivo, lo diferencia de otros espacios de juego al aire libre y ayuda a que lo más importante del espacio sean los otros con los que podés jugar.
En el patio del Museo en la actividad "Salir a buscar el sol"
con Hernán Paganini

2) Meek, Margaret. "¿Qué se considera evidencia en la teoría sobre literatura para niños?". En: Un encuentro con la crítica y los libros para niños. Caracas, Banco del Libro, 2001. Colección Parapara CLAVE.

Sogas para seguir saltando por ahí
Internet es un gran campo de juego con rampas y hamacas para pasar de una página a otra sin necesidad de moverse del lugar. Estas son algunas de las líneas a los convido para seguir profundizando sobre el mundo que plantea esta nota

  • El Diccionario de Juguetes argentinos es la última publicación de Daniela. En esta página van a poder encontrar información e imágenes sobre el texto. Ir a la página
  • Estas son otras notas muy interesantes sobre su trabajo "Diccionario de juguetes"  "Desde el país de la infancia"
  • Daniela tiene un blog personal en donde postea información y reflexión sobre el mundo de los juegos, la infancia y los juguetes, se llama "Dan Toyland" Ir al blog
  • Isol tiene un libro El bazar de los juguetes en donde adapta un tango de Yiso. Si bien no lo vi entero encontré algunas ilustraciones por internet y me quedé enamorada de la página de los juguetes de los sueños. Ver
  • Daniela me mandó más fotos que no entraban en esta entrada, además hay dos videos sobre "La mesa del tiempo" que recomiendo! Ir a la galería de fotos del Museo


"Estamos rodeados de objetos  .
Vivimos en el espacio libre que ellos nos dejan. 
Cuanto más afectos seamos a tenerlos, 
menos espacio va quedando en nuestra casa para nosotros.
Nos compensan creando a nuestro alrededor un mundo
repleto de historias que acaban llenando nuestras horas y nuestros días.
En ellos está la vida, finalmente."
(cita de Daniela Pellegrinelli tomada de su blog "Dan Toyland")



Puerta de salida
Ilustración del libro
"Mi cuerpo y yo"
de Jorge Luján e Isol
Una licuadorita de plástico dibujé a los cuatro 
cuando me preguntaron por mi juguete favorito. 
Tapa roja, vaso transparente...Creo. 
¿O era verde?

No sé, no me acuerdo bien...

Quién me la regaló y por qué la querría tanto. 

Mi memoria solo la guarda en lápiz. 
Quién sabe ya quién fue real...

1 comentario:

  1. Me encantó este reportaje. Esto de ahondar en los juegos y juguetes. Me alegra tambien que en Argentina haya un espacio tan bien pensado .

    Por favor, mantenenos al tanto de las próximas entrevistas, están muy bien hechas, son super interesantes. Muchas gracias!!!!!

    Andrea Waisman.

    ResponderEliminar