18/12/13

La retórica del chusma* (*chismoso/a)

Ilustración para el cuento "El señor escondido"
de Luis M. Pescetti
Me gusta llegar tarde a las reuniones sociales, cuando el fuego inicial ya es lamparita de velador y a nadie le preocupa si mi trabajo o si mi hijo o si mi familia.

Voy directo a los rincones en busca de contadores de historias, esos que en las cocinas y en los pasillos dan vida a marionetas de cara conocida para meterlos en amores incorrectos o hacerlos pecar con herejía social. 

No busco la verdad. Voy hasta allá para probar canapés de inventos.


¡Basta!
Los manuales de estudio sobre el arte de la retórica han omitido durante siglos las destrezas de los chusmas. Y en esa acción han dejado de lado a las personas que mayor capacidad tienen para mantener a su auditorio atento.

En esta entrada defiendo a viva voz sus habilidades y sostengo que el educador que no tenga alguna de sus capacidades más le valiera dedicarse a la costura o a la navegación a vela.


El perfil del chusma* (*chismoso)
Son personas que siempre tienen una historia al pie de la lengua y que poseen la destreza de hilvanar sus cuentos en el como sí de la verdad-"te juro que es cierto, me lo contó el primo de un amigo".

Los lugares en donde sueltan sus relatos suelen ser pequeños y/o ocultos. El magneto que provocan con su voz hace que los que escuchan no hagan caso de apretujes o incomodidades varias.

Es difícil reconocerlos a simple vista 1, pero se cree que todo ser humano conoce al menos uno a lo largo de su vida. Es compleja su identificación ya que aparecen bajo formas diversas y no hacen caso a sexos, religiones ni posturas sociales.

Samuel R. Wells, Cabeza simbólica del libro
How To Read Character (1890) del blog
Harte con H
1- El botánico alemán Peter Von Gündelheim en su libro "De chusmis mundis" recomendó una lista de rasgos que permitirían un acercamiento primero "(...)suelen preferir la sombra a la luz, lo prohibido a lo público y la voz baja a la impostada"


Consejos de un chusma a educadores y conferenciantes
Los siguientes apuntes han sido entregados en mano a quien escribe por un chusma de carrera.
A pedido suyo he decidido conservar su nombre en el anonimato para evitarle posibles molestias.
Agradezco su desinteresada colaboración y beso sus manos en señal de respeto.
  • Genere un ambiente propicio para la escucha
"El mejor lugar para un chusmerío son los espacios fuera de la escena principal...una cocina, un baño, la máquina de café...Hay algo de escondite que hace que los chismes se escuchen de otra manera. Por eso, si usted está dando una conferencia debe generar una sensación de lugar protegido y hacer sentir a sus oyentes como a "los elegidos" de ese relato.

Le sugiero que mire fije a los ojos, que baje la voz cada tanto, que espíe a los costados.... En ese momento su público lo es todo para usted y debe lograr que confíen en su palabra. Por eso es recomendable pedir a la gente que se agolpe en un rincón de la sala, que se agache o que se tape los ojos con las manos para sentirse en una zona oscura."

  • Ande por ahí siempre en busca de la novedad
Publicada en el blog "Dominguet"
"Un buen chusma tiene que tener siempre material fresco o dar la 'sensación de'. La tarea exige esfuerzo porque es preciso aguzar los sentidos para captar gestos en los pasillos y reconocer evidencias en forma de pañuelos olvidados...Nunca se sabe de dónde va a venir la "idea"...

Es importante que usted como orador vaya renovando el repertorio y siga ofreciendo detalles que no había contado antes. Busque en libros y busque en plazas, busque en la televisión y en la infancia. No se canse. Aunque siempre hay público que se renueva no puede perder a aquellos que lo siguen con fidelidad. Ellos necesitan la pastilla de mentol en medio de la historia conocida o el relato recién sacado del horno para soportar el agobio del día.

Y si sucede que tuvo una mala semana y no logró datos provechosos, cuente diferente, empiece por el final o termine por el medio."


  • Logre que los protagonistas se vuelvan cotidianos
"Algo que valoran mis oyentes es que los protagonistas sean conocidos. Nada de historias de primos de abuelos que a nadie le importan, es fundamental que el relato encarne en gente con nombre y apellido. Da igual si es la compañera de banco o el actor de la tele, pero tiene que significar algo para el público. Si usted no piensa hablar de nadie que sus oyentes recuerden, puede aprovecharse a usted mismo. En ese momento lo estarán mirando y cualquier detalle sobre su vida puede llamarles la atención. No tema hablarles de lo que no contó a nadie o de llorar algún pecadillo de juventud. Ahí se tiene usted con chusmeríos a la carta para ilustrar o poner picante a su explicación sobre los caracoles africanos."

  • Deje espacio para que el oyente imagine más de lo que se cuenta
"No hay que contar con lujo de detalles. Nunca. Los relatos tienen que ser como al paso. Poco es más. Siempre tiene que haber espacio para que el oyente complete con su imaginación. Usar palabras claves, pincelar las escenas, dejar huecos. Colorear solo algunos momentos con descripciones que hagan a la cuestión. El resto de la narración debe saltar entre las piedras, unos datos acá y allá, una ventana en una esquina y no hace falta más. Nada más desalentador que esos cuentos que nos hacen detenernos en cada segundo, describiendo las minucias sin dejarnos salir a tomar una bocanada de aire." 
    Tapa del libro Delirio de Laura Restrepo
  • Use la sorpresa y ofrezca un final que deje a su público con ganas de más.
"En el final debe aparecer el golpe de efecto. Eso que haga salir a su gente a contar "el secreto" al primer postor y que logre que vuelvan al día siguiente por más. Por eso estructure su explicación en función de ese cierre. Que si va a terminar con un verso sea porque su historia era demasiado prosaica, que si va a despedirse con una pregunta sea porque la gente no tenga la respuesta."

Puerta de salida 
"Es probable que usted conviva con chusmas *(*chismosos) en su familia y lugar de trabajo. También que haya alguno en su grupo de amigos. Haga una lista y anote alguno de los últimos relatos que escuchó ¿Recuerda qué fue lo que le atrajo? ¿Fue importante la situación en que escuchó la historia? ¿Había alguien más? Lleve una libreta la próxima vez y no deje de anotar lo que aprenda.

Cabe la posibilidad, claro, que usted sea uno de ellos. Le pido en ese caso que no me deje afuera y que me avise de su próxima entrega. Voy a donde me diga y prometo apretarme contra la pared para que nadie nos vea y al salir sepa que voy a divulgar, en secreto, todo lo que me cuente"